¡Hola de nuevo!
Hoy os traigo un DIY de un mueble que tenía por casa de los antiguos propietarios.
A mi me encantan los muebles de estilo clásico, con sus formas redondeadas y patas contorneadas pero no me gustan los colores oscuros. En la casa que compramos dejaron un montón de muebles antiguos y en esta entrada os enseño como le he dado un nuevo aire a uno de ellos.
He utilizado una lijadora ratón, esponja lijadora de grano fino, rodillo para lacar (de esos de esponja), brocha fina, pintura blanca, betún en cera, trapos y disolvente.
Aquí tenéis el antes
Lo que hice primero fue lijar toda la superficie con la lijadora para quitarle el brillo, me ayudé de la esponja lijadora en las partes difíciles.
Una vez lijada la superficie le retiré todo el polvo con una brocha y con un paño húmedo
Después le dí una capa de pintura blanca montó y dejé secar dos horas (seca muy rápido). Ésta es la primera mano.
A continuación lijé toda la superficie de nuevo y retiré el polvo para aplicar una segunda mano.
Cuando estuvo seca lijé otra vez. Esta vez hice hincapíé en las esquinas, zonas de roce para dejar al descubierto el color original.
Por último apliqué el betún de judea en cera con una brocha haciendo hincapié en las zonas lijadas y en las zonas con recovecos. Es importante ir retirando el exceso con un trapo según se va aplicando porque sino quedará todo el mueble marrón (que fue lo que me pasó a mi y tuve que retirarlo después con disolvente).
Sólo queda dejar secar y sacar brillo con un trapito.
Y este es el resultado
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